martes, 26 de mayo de 2009

Si pe entonces cu. Cap I: Del optimismo y pesimismo

Hoy vi flaquear la fe optimista de alguien a quien admiro (y quiero) por su ilusión. No puedo permitir tal cosa así que me hallo aquí para argumentar en pro del optimismo.

En primer lugar dejar claro que no podría ser uno optimista y pesimista al mismo tiempo, de la misma forma que no se puede ser alto y bajo, gordo y flaco, capitalista y honrado… Dado que no se puede elegir una y otra opción simultáneamente, es de necesidad decantarse por alguna de ellas.

Por otra parte, una persona que ha perdido la ilusión, que antes utilizó como energía para cambiar el mundo, lo primero que piensa y ansía es cagarse en él. Científicamente esto es imposible. Si eliminamos de nuestro objetivo los 361 millones de km² de superficie terrestre acuosa, nos quedan 149 millones de km² de tierra firme, lo que equivale a 1,49×1018 cm2. Una cagada (física, me refiero) podría ocupar, sin tener en cuenta diferencias individuales, unos 12 cm2 (espero no tomen en cuenta mi imprecisión y falta de rigor científico por no verificar este dato empíricamente), con lo que para hacer realidad el sueño del ex-optimista se necesitarían 1,241717 cagadas. Suponiendo, y para facilitar los cálculos, que nuestro neopesimista caga una vez al día, necesitaría 340182648401827 años para cagar sobre toda la tierra del planeta Tierra (imagínense un pesimista de Júpiter, planeta mucho más gordo y sin km2 de agua que restar). Ni que decir tiene que ni un pesimista dura tantos años, ni tendría las esperanzas de las que carece para reunir a 4002256244963,74 pesimistas mas, de los cuales uno pequeñito, y convencerlos para realizar esta repugnante y no menos estúpida proeza.

Dado que ser consistentemente pesimista es imposible, como científicamente acabo de demostrar, se ha de ser, por exclusión, optimista. Además, si bien el sueño neopesimista es imposible de cumplir, no ocurre lo mismo con el sueño optimista. El primero de estos sueños es sonreír a todo el mundo, y al mundo también. Algún pesimista intentaría refutar mi sueño con el mismo patrón matemático que yo he utilizado. Pero se equivocaría tanto en su argumento como en su elección para con el pesimismo. Se puede realizar el sueño optimista solo en una noche. Se mira a la luna, se le sonríe, y por las características reflectantes de la luz que le son propias, se cumple la mitad del sueño optimista. Solo la mitad del sueño porque en la otra porción terrestre, como es lógico, es de día. Pero como soy optimista, supongo que habrá en la otra mitad algún otro que le sonría a la luna.

Sonreír es el primer paso para cambiar el mundo a mejor. Ser pesimista es imposible.

A mi Australiana Real

Mucho amor

2 comentarios:

  1. Hace tiempo demostramos como cada uno de nosotros vive en un mundo ajeno al de los demas. Ajeno en el sentido de que nuestra percepcion se ve influida por otros muchos factores como el estado de ánimo, los componentes culturales y multutud de variables que condicionan nuestra perspectiva. Los pesimistas ni siquiera viven en ese mundo, sino que lo miran a traves de un agujero esperando a que se derrumbe.

    Estoy contigo :)

    Smile at the moon!

    ResponderEliminar
  2. i love you ernest¡¡ el sabio inberbe con 6 o 7 dedos de frente¡¡¡

    ResponderEliminar